CONSEJOS ANTES DEL MASAJE

Antes de recibir cualquiera de nuestros masajes en Santiago de Compostela, intenta evitar ingerir comidas copiosas. Si va a comer algo, mejor al menos una hora antes, pues no es recomendable acudir con el estómago demasiado lleno, cuando se está haciendo la digestión.

Acude cinco minutos antes de la hora fijada, para tener tiempo de relajarte y hacerte a la idea de que vas a disfrutar de un tiempo exclusivamente dedicado a ti mismo.

Trae ropa cómoda y, antes de los tratamientos, guarda pendientes, cadenas, pulseras y reloj. Y, por favor, quítale el sonido al móvil.

Es recomendable ir al baño antes de iniciar la sesión.

CONSEJOS DURANTE EL MASAJE

Durante los tratamientos o masajes no temas estar en ropa interior. Durante el masaje, podrás cubrirse con una toalla, y sólo se irán destapando las zonas a tratar, por lo que nunca te sentirás totalmente desnudo.

Durante la sesión, es imprescindible que te sientas cómodo. Por ello, no dudes en avisar al terapeuta si no te sientes a gusto por cualquier motivo -por la temperatura de la sala, porque el masajista habla demasiado, por el ruido, etcétera-.

Aunque suele suceder en los masajes terapéuticos, también en los masajes de relax en ocasiones, al manipular determinadas zonas puedes sentir algo de dolor. Es conveniente que lo comuniques al terapeuta si es excesivo.

Al finalizar el masaje, seguramente te lo indicará el masajista, pero por si no lo hace, no olvides que no conviene incorporarse de forma brusca, pues puedes marearte.

Lo ideal es estar tres o cuatro minutos relajado, e incorporarse después de forma progresiva.

CONSEJOS DESPUÉS DEL MASAJE

Después del masaje, puedes sentir algún dolor, cansancio o somnolencia. Habitualmente, es normal puesto que se trata de una respuesta del organismo a las técnicas de masaje. Si notas que persiste, es conveniente que lo comuniques al terapeuta.

Una cuestión fundamental después de un masaje es beber mucha agua. Los músculos se deshidratan después de un masaje, por lo que es necesario reponer toda esa agua perdida bebiendo más.

Además, hay que eliminar el desecho metabólico producido por los músculos a través de la orina.

Después del masaje no tomes café ni otras bebidas excitantes. Esto puede tensar los músculos relajados e incluso producir una sensación extraña.

Si tienes hambre después del masaje, come, pero no demasiado.

En cualquier caso, primero bebe agua en abundancia.

¿CUÁNDO NO ES RECOMENDABLE DARSE UN MASAJE?

Las personas con una historia de trombosis o flebitis (varices) no deben recibir el masaje debido a que coágulos de sangre pueden provocar complicaciones.

Las heridas severas o áreas de intervención quirúrgica no se deben manipular directamente hasta que se haya consultado con el médico.

Si tienes una enfermedad contagiosa aguda, sarpullidos de piel o infecciones, fiebre, hipertensión o un infarto reciente, el masaje está contraindicado.

Las personas con cáncer que experimentan radiación y/o la quimioterapia no deben recibir el masaje sin consultar primero con su médico.

Es muy importante que informes al terapeuta de cualquier problema de salud o medicinas que estés tomando. Si estás bajo un tratamiento médico, se exige una recomendación o aprobación escrita por el médico antes de recibir cada sesión de masaje.

TENGO DOLOR MUSCULAR, QUÉ APLICO: ¿CALOR O FRÍO?

El frío y el calor aplicados en una zona con dolor calman las molestias. Pero muchas veces no sabemos cuándo es adecuado aplicar una u otra. La diferencia radica en si te has lesionado hace menos de 72 horas, o se trata de un dolor que padeces desde hace días.

Si el dolor es reciente, aplica frío.

El frío reduce el diámetro de los vasos sanguíneos y disminuye la inflamación, el dolor y los calambres. Está aconsejado para lesiones agudas, tras hacer ejercicio, después de una contusión, un golpe o un esguince. Debes aplicarlo entre 5 y 15 minutos, de dos a cuatro veces al día, mediante hielo picado en una bolsa (nunca directamente sobre la piel), gel frío o una toalla empapada en agua muy fría.

Si te duele hace días, aplica calor. El calor aumenta el diámetro de los vasos sanguíneos, favorece la circulación, disminuye la rigidez y tiene un efecto relajante. Está aconsejado en caso de lesiones crónicas sin inflamación (¡ojo!), después de las primeras 72 horas. Es extremadamente beneficioso en casos de contracturas, malas posturas o incluso antes del ejercicio para ayudar a calentar la musculatura. Debes aplicarlo entre 15 y 25 minutos, de una a tres veces al día, mediante una bolsa de agua caliente, una manta eléctrica o un saco de semillas.

¿CON QUÉ FRECUENCIA DEBO RECIBIR UN MASAJE?

La duración de los efectos de un masaje varía mucho de persona a persona dependiendo de su condición física y mental, las actividades, la capacidad de relajarse, y la capacidad de sanar.

Si acudes a darte un masaje para ayudar a sanar heridas o para aliviar un dolor crónico, por lo general necesitarás recibir sesiones semanales hasta llegar a ese objetivo.

Si estás recibiendo el masaje para la prevención, el mantenimiento de su salud, o simplemente para sentirte mejor, tienes más margen de maniobra en la frecuencia de las sesiones.

Los efectos del masaje regular son acumulativos. Un masaje cada semana o dos puede hacer una gran diferencia en su salud y niveles de tensión. Incluso un masaje mensual es beneficioso.

Haz del masaje una práctica regular dentro de tu programa de mantenimiento de la salud, junto con una buena nutrición y ejercicio, y te sentirás mejor.